jueves, abril 12, 2007

Niña de arena (2003)


Niña de arena (2003)

Tú, niña de arena y músculo,
corriendo tras de mi con orgullo,
pasándome la cuenta de lo que he hecho,
disfrutando tu edad y el mundo.

Tú, cautivante persona fuerte,
desvergonzada vas atemorizando.
Vas compartiendo con pequeños brotes,
en las mansiones de irresponsabilidad.

Tú, que me comparas con aquellos.
Entendiendo la importancia natural,
asimilando el éxito como vanidad.
Besándome en sueños por ahora.

Tú, la amable infantil visita,
destrozando señoras de paja,
(por momentos única en mi vida).
Saliéndote del encuentro en el que estaba.

Tu, la de ayer, la de hoy, y quizás,
la verdadera belleza proporcional,
sin oscuro ni tormentoso pasado,
cantando real juventud sin tiempo.

Tu, la de sábados y domingos y siempre,
con cerveza y sabias miradas.
Voy buscándote más allá de las playas.
Voy buscándome para tu ego en el cielo.

Tú, de bella espalda y todo bueno,
sutil de empuñaduras y largos dedos,
caminando entre animales racionales,
cortando aire y sonidos ambientales.

Tú la que me ciega la mente,
inocente debilidad y pecado,
nostalgia de glamour y pasarelas.
Eres perfecto maniquí de mi adolescencia.

Tú, la muerte de lo cotidiano,
que coarta mis compromisos,
llorando por un cambio en tu piel,
perdiéndote entre los simples.

Tu, fuerte materia constante.
En crecimiento infinito, pero pequeña siempre,
tan llena de brazos y delgadez.
Impotencia me das en cada sol ausente.

Tu, retándome a caer en la humillación,
arrastrándome a tus pies siempre.
Ríes al saludar la noche ante mí.
Eres cintura plena, yo, agonía miserable.

Tu, pequeña belleza ausente,
poesía de lluvias y temblores,
serás la dicha en mis labios,
No habrá temor de morir en tu ombligo.

Tú y tú, solo tú, para calmar,
redescubriendo mi talento ante ellas,
observando mi gloria sobre ti.
Serás mía,…tu, la que me posee hoy.

Isabel (2003)

A veces te veo sensata en tus formas; dinámica, conciente y trabajadora.
Comiendo el conocimiento del mundo, repleta, brillante y digna.
Hoy me pareces niña de sabia, seca y amando tiempos tardíos,
Tiempos nobles y nada sombríos, tiempos que no te vienen.
De rodillas caigo y pido a tu acción, el perdón para mi boca entrometida,
¡es que las sombras en tu amor, me huelen a mentiras y estupidez!
Ahora que tranquila te observo, espero que te quieran en flor,
respetando el aire de tu ambiente.
No diré más
No diré más
No diré más
Hasta que el comportamiento feliz llegue y no sea esa ilusión de mariposas estomacales,
sino la autentica gracia y verdad, que a gritos pide tu conciencia.
La calma vendrá cuan el salga de tus mañanas, de tus tardes y de tus noches.
Porque no es el realmente…
Es la necesidad de sol en tus días.