Esta era una niña chilena que hace algunos años entro al cine y vio una pelicula llamada Amelie de un director Francés. Al salir del cine su vida cambio, comenzó a escuchar música de acordeón mezclada con violines en el aire. Ya no veía los graffiti ni las rayadas paredes de su ciudad, veía las nubes blancas y el cielo sin smog, la ciudad tenía tonos verdes y rojos contrastantes. Se sentía libre, le dio un billete al señor que pedía limosna sobre el puente y al inclinarse a ver el estero, vio como todos los desperdicios se transformaban en peces naranjos que nadaban en el agua cristalina. Fue así en que su cara en felicidad empezó a repartir sonrisas camino a casa, paso primero a comprarse una falda y a cortarse el pelo, se sentía diferente y especial.
Al llegar a su casa no encontró a nadie, entro a su habitación y se acostó. Al rato decidió llamar por teléfono al chico que le gustaba, al contestar este, inmediatamente ella colgó. Luego estuvo largo rato pensando en una estrategia para que el se acercara a ella, pero no logro que su creatividad arrojara alguna idea. Decidió ir a dar una vuelta, tal vez alguien en el mundo la necesitaba. Ya se oscurecía, aun podía sentir el aire limpio y escuchar los acordeones en sus oídos. Al llegar a la esquina vio que su padre discutía con su madre, el estaba borracho y la golpeaba, en vez de acercarse prefirió correr, mientras corría la noche comenzaba a dar tonos azules, pero ella no los notaba, no podía, solo pensaba en alejarse de ahí. Silencio. Noto que había avanzado muchas cuadras sin rumbo a un lugar que no conocia y estaba cansada. La noche le regalo oscuridad y postes de luz y cables, como los que no existen en Francia, también la noche le saco los violines y acordeones de sus oídos, la noche le regalo sombras a la niña. Unos tipos aparecieron desde la tierra y le pidieron fuego, ella contesto que no tenía, intento buscar en sus bolsillos algo de dinero, pero lo había gastado aquella tarde en el cine, la limosna, la falda y el corte de pelo. Un tipo la abrazo bruscamente desde atrás, le dijo unas cuantas palabras en un dialecto que ella no entendió, solo que estaba segura que francés no era. Intento escapar de las garras de estos tipos que la manoseaban y la golpeaban, pero no pudo. Esta niña, se entrego a la noche.
A la mañana siguiente la ciudad siguió avanzando así, gris como siempre.
Es el temor de estos días que me tiene al borde de sacarme la ropa en cualquier momento y tirarme hacia la playa y nadar mar adentro, hasta que unas putas sirenas tetonas me socorran como en el video de Paranoid Android de Radiohead.
Estoy parado en medio de la nada, solo me rodea la memoria del cerro cárcel de Valparaíso, Chile. Sigo parado acá entre los escombros que quedaron de un incendio de días atrás, siniestro que se llevo un espacio importante dentro de mi propia memoria. Se quemo la sala de teatro del parque cultural Ex –Cárcel, la que era nuestra sala.
Siempre he creído sin darle un tono religioso, que todas las cosas ocurren por algo, con un fin, tal vez con esto afirmo que sí creo en el destino de las cosas. El asunto es que nuestro egreso, la esperada obra Motelwestparadise dirigida por Gulio Ferreto, basada en textos del gran Sam Shepard, será estrenada en el Teatro Mauri de Valparaíso. Precisamente en la sala Juan Edmundo Gonzáles, un lugar con una importancia personal, que las personas cercanas sabrán reconocer. El punto es que es el lugar perfecto para que Motelwestparadise funcione como debe funcionar.
Ahora voy saliendo del recinto, tal vez nunca mas vuelva a entrar y tal vez nunca mas vuelva a sentirlo así, así como lo veo ahora y como lo he visto por 5 años. Me voy contento a pesar de todo, la vida que le dimos entre todos durante este tiempo nos salvo a nosotros también. Cambiamos la energía espesa del dolor por pequeños momentos de entretención, hicimos tan poco, cuando pudimos haber hecho mucho mas, pero bueno, no nos correspondía del todo.
Bueno salgo y el viento como siempre le da duro a los árboles que lo resisten todo acá en la entrada ¿o salida?, en fin, como quiera llamarse. Comienzo a bajar hacia el plan y hecho un mirada a los muros de piedra frente al cementerio que seguirán acompañando el paisaje. Sonrió. Acá también se queda mi rastro, así invisible, impalpable.
Así avanzamos, con algo fundamental, con aquel subtexto entre la cotidianidad. Culpo a la geografía, culpo a esos cuantos kilómetros, culpo a las tareas del día y me culpo a veces a mi mismo por no entender (en su momento) ke la vida es corta y ke las situaciones se aprovechan. En fin…me culpo.
No me conformo, solo estaré conforme cuando este respirando la selva inca allá en la altura…
Por ahora solo un increíble caldillo de congrio y un poco de festejos de amistades cercanas, por ahora solo unos besos clandestinos atrapados por el gentío…compartiendo dolores…escuchando…tratando de aminorar el peso para que la carga de un cerdo amor no sea tan pesada.
Me mueve y me alimenta …lo agradezco…
HoyY me muevo entre las ideas que se me salen por las orejas, algunas definitivamente se esfuman a los cinco minutos y se que nunca volverán para ponerlas en practica.
Te escribí hace dos meses, y no tuve respuesta. En fin, ya no importa.
Recuerdo cuando volteábamos juntos los vasos de cerveza, metidos en nuestro tema hasta los huesos. Escapábamos de los taxis y rogábamos no encontrar el camino a casa.
Las calles planas y los enormes ratones que salían de los árboles a saludar. Tu con tu mapa perdiéndote y guiñándome el ojo.
Recuerdo que te ame esa noche solo porque dejaste el silencio como protagonista. Y los vientos en sonda calórica fueron solo un detalle, estaba desnudo, feliz y nada malo ocurría.
Pero la noche se hizo tan corta entre la marihuana, los abrazos, entre mis manos en tus piernas y tú soñando en mi espalda. No te poseí, no te supere. Tú lo controlaste, con respeto e inteligencia. Fuiste la mejor. Haz sido la mejor. Te ame esa noche porque me hiciste hombre.
Pronto tal vez te visite, pero no seremos los mismos extranjeros buscando refugio en una ciudad desconocida.
Hoy seremos colegas y sin tema.
Los dos llorando hemos ido nadando entre las locuras, el placer, la irresponsabilidad, la mentira, los celos, el vago respeto y aunque pocos lo crean el cariño. Te convertiste en mi desvelo, en aquel insomnio compañero del frió de octubre, de noviembre, de diciembre y después simplemente en un llamado en esa noche cansada de verano… y nada más, pero seguías latiendo. Yo seguí siendo el coyote en busca de su presa, atrapando inocencias y dejándome atrapar, lamiendo abdómenes y mordiendo hombros. Marzo apareció como un volcán de nuevas carnes, de nuevos pezones por morder, frescos y fieles, de piernas largas, morenas y en fiesta, pero también marzo nuevamente trajo las dudas, el sexo conocido y en ese entonces la enfermedad para ambos. Aquel desenfreno de ser lindos, de volar libres, de dormirnos al despertar y de emborracharnos, nos confundió. Comencé a confiar con mediciones, la no cautela se la dejaba a los perdedores, a los traicionados, por entregarse totalmente y sin medir consecuencias, la confianza y la entrega absoluta se la dejaba a los cobardes a los que les faltaba ego. Simplemente no entendía, simplemente hacia lo que quería hacer y lo lamentable, escuchaba lo que quería escuchar y no lo que realmente la vida me decía. Tú, estabas igual. Como era de esperar, llego el dolor, con una fuerza brutal me sacudió y me dejo con mi orgullo removido, lanzando maldiciones y sacando la ira, ahogándome en la impotencia de haber perdido, de sentirme segundo, de llorar por ti.
El sufrimiento como era de esperar duro bastante, pero no fue lo que me lanzo a otras, a niñas de arena, a antiguos besos y a esos que aun no conozco. Pasó la indiferencia y una madrugada, el suelo que nos reveló orgasmos meses atrás, nos dijo bienvenidos a un nuevo intento. Esta vez el intento fue clandestino y quizás el mas inseguro de todos.
La comida, aquellos camarones, las canciones, los secretos, el recuerdo, la nostalgia, la exigencia, la DUDA…armaron el rompecabezas final. Todo eso ya paso. Todo eso fue aprendizaje.
Hoy la lucha consiste solo en querer, en la espera, en la tranquilidad y en la compañía. Hoy la lucha se sostiene en buenas decisiones, en complicidad, hoy los actos son de ambos, hoy se termina o tal vez hoy empiece, hoy solo tengo que vernos crecer, hoy tu frente esta más clara, hoy soy parte total, hoy lloro nuevamente pero de gozo, hoy mi corazón bombea normal. Hoy comienzo a creer en la resurrección y te creo todo. Hoy me siento puro, hoy nada nos apura. Hay tiempo se sobra hermosa. Quiero sonreírte tanto. Que estés bien y en paz. Yo te sigo acompañando. Yo te sigo.
Te invito a pasear, ven a conocerme.
